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viernes, 4 de octubre de 2013

EDITORIAL de la revista "Ovnis, un desafío a la ciencia", N° 10

EDITORIAL de la revista "Ovnis, un desafío a la ciencia", N° 10, Ed. CADIU, Córdoba, Ar., feb. 1976, escrita por el Dr. Oscar A. Galíndez.




OBJETIVOS PARA 1976

Desde la perspectiva de 1976 advertimos que los frutos recogidos en más de un año de labor periodística son altamente positivos. Hemos ensayado pautas de organización científica de los grupos ufológicos, que han sido acogidas sin mayores variantes por los nuevos nucleamientos investigativos. Hemos censado numerosos grupos de encuesta nacionales; hemos uniformado para esos centros los cuestionarios técnicos que están permitiendo la recolección de cuantiosos datos de base, y -por fin- estamos difundiendo novedosas técnicas de tratamiento científico de la información Ovni, que habrán de posibilitar estudios más rigurosos sobre el tema, abriendo paralelamente importantes derroteros hacia la evaluación de aspectos fonoménicos hasta el presente vírgenes de análisis.
Las bases están sentadas para que en 1976 la tarea oportunamente señalada se consolide convenientemente. A los logros precedentemente indicados deben sumarse otros objetivos a cumplir, y que resultan de no menor importancia que los anteriores: constitución y funcionamiento de una red nacional de distribución de datos (ya esbozada por algunos analistas argentinos) que introduzca una división del trabajo entre los grupos argentinos, a la par que concrete una recepción expeditiva y sin "ruido" de la información Ovni. El censo de agrupaciones ufológicas efectuado lo ha sido con miras a conocer la cantidad, calidad y ubicación de las mismas. Pero también nos ha servido para tomar conciencia de la necesidad de constitución de varios nucleamientos en otras regiones del país en donde aún no los hay. Una vez superado este problema, y sentada la estructura de la ansiada red nacional, se le asignará a cada organismo un rol investigativo zonal, lográndose de este modo una cobertura total del país.
Al margen de este último propósito, alimentamos la idea de divulgar las actuales técnicas europeas de archivo de la información Ovni, lo que permitirá una pronta localización de los datos requeridos en cada emergencia.
Nuestra publicación nació en 1974 respondiendo a la necesidad de metodizar científicamente la investigación Ovni. Hoy, en 1976, renovamos ese compromiso. No somos ni seremos receptáculo de barbaridades que no comulguen con aquel postulado. Si algún día nos vemos precisados a interrumpir nuestras ediciones, debe quedar en claro que tal imponderable no significará el abandono de nuestra lucha. La investigación habrá de proseguir con el concurso de la red nacional de informaciones. Con el rigor y entusiasmo de siempre.
Quienes tendenciosamente critican nuestros estudios, negando de plano la posibilidad do una investigación científica del problema, no son sino los embaucadores de siempre, que ven peligrar sus concepciones y/o pingües beneficios ante la paulatina aceptación de la metodología que propiciamos. A esa actitud interesada, debe añadirse una supina ignorancia de todo cuanto signifique ciencia. Les resulta más sencillo negar ésta, que intoriorirarse de sus métodos, de sus poibilidades de adaptación al tema y de los implicaciones pragmáticas que ello acarrearía al terreno ufológico.
No creemos en estos profetas de la improvisación. No llegarán jamás a conclusiones valederas, no sólo porque nunca se las propusieron, sino porque -aún fijándose objetivos- optaron por acceder a ellos merced a la exclusión del método científico. (Léase oscurantismo, "revelaciones", intuiciones, etc., etc.). Y al no hacerlo, han convertido al fenómeno Ovni en un colosal concierto de lo absurdo, en donde han entremezclado la casuística Ovni con la brujería, la religión, la astrología, las supersticiones populares y el ocultismo en general.
Reafirmamos en 1976 los propósitos enunciados en nuestro primer número. Y no cejaremos de bregar por una concreción plena de los mismos. El adversario ha perdido bastante terreno. Y ello es promisorio.



El Director

Fuente: http://mitosdelmilenio.com.ar 

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